identidad e imagen corporativa


La identidad corporativa de una empresa, por un lado, son las ideas y sensaciones que proyecta una marca y por otro lado las experiencias y juicios que adquirimos al conocerla. La imagen corporativa es la parte gráfica que respalda y ayuda a proyectar esa identidad de la marca. Hacer un buen uso de tu imagen corporativa te traerá ventajas como una fácil identificación de los productos y servicios que ofreces, aumenta el valor percibido, establece un vínculo emocional y todo esto hace que se fortalezca la marca.

 

Para lograr una imagen corporativa efectiva se deben tener en cuenta diferentes elementos como:

 

1. El nombre de la empresa.

Es la primera impresión, por lo que es muy importante escogerlo bien. No es obligatorio que tenga relación con la actividad de la empresa, una manzana nada tiene que ver con un ordenador, en el caso de Apple, pero si te fijas es breve, fácil de recordar y pronunciar, muy atractivo y diferenciador.

 

2. El logotipo.

Debe transmitir la esencia de la empresa. Es fundamental que sea legible y comprensible, de nada sirve tener un logo súper creativo y llamativo si no se entiende o nadie es capaz de descifrarlo.

A la hora de diseñar un logotipo ten presente siempre esta máxima: “Menos es más”. Y piensa que tiene que ser atractivo para los potenciales clientes, por lo que hay que tener en cuenta el target, los valores a transmitir, el sector…

 

3. El eslogan.

Resume la filosofía de la compañía en una frase llamativa e impactante. Tiene que ser algo con lo que los usuarios se sientan identificados. Nos ayudará a dar credibilidad, mejorar el recuerdo de la marca y potenciar nuestra imagen.

 

4. La tipografía y los colores.

Es fundamental tener definidos en nuestro Manual de Identidad Visual Corporativa, las tipografías y los colores exactos que usa la marca, y ser muy estrictos al respecto.

 

5. El material corporativo.

Todo tipo de comunicación impresa que haga la empresa, transmite su identidad y valores, provocando sensaciones y opiniones, tales como tarjetas, catálogos, folletos…

Todos estos los elementos deben respirar el mismo estilo gráfico para que no haya duda alguna de que es la misma empresa la que está detrás, tanto de esas tarjetas como de ese catálogo.

 

6. La atmosfera.

Hoy en día ya no se venden productos, ni servicios, sino experiencias. Para vender hay que seducir al público, pero literalmente seducir a sus 5 sentidos.

La música, el olor, el tacto… también son factores que ayudan a crear una atmosfera seductora alrededor de la marca y fijarla en la parte emocional del cerebro del consumidor.

 

7. La reputación.

Las campañas publicitarias, la actitud de los empleados, las malas o buenas prácticas, los errores… Todo influirá en una buena o mala imagen de la empresa. Así que por mucho que parezcan detalles irrisorios, te aseguro que hay una diferencia abismal entre cuidar o no tu imagen.